Hace ya bastantes días Urkullu se reía. Según el entrevistador de El Correo Urkullu se reía cuando le preguntaban por Ibarretxe y los rumores de su regreso a la política. No sabemos si es una risa floja, una risotada condescendiente, no sabemos porque reía: - Dice usted que Ibarretxe todavía aparecerá muchas veces.
- Sí, sí. (Risas) Yo soy conocedor del proyecto de futuro que para sí quiere Ibarretxe, pero es algo de lo que no voy a hablar.
- ¿Ha cambiado de planes?
- Soy consciente de sus deseos y su disposición. No hay más que decir.
- Poniéndose así de misterioso, alimenta usted el morbo.
- Es una manera inteligente de intentar que diga algo. (Risas) Allá quien quiera vivir con ese morbo. Sólo él puede hablar de su futuro. Sí digo que departo con cierta periodicidad con él y conozco sus proyectos. Mas allá de esta risa floja de Urkullu lo cierto es que la de Ibarretxe es la historia de un fracaso del PNV como no conocían desde la escisión de EA. En los últimos setenta años jamás un lehendakari del PNV había gozado de dos treguas reconocidas por ETA y otra más acordada en secreto con el PSOE durante el periodo previo a 2006 en que ETA no causo ninguna víctima mortal. Ibarretxe comenzó su mandato en 1998 con ETA en tregua y con EH sosteniéndole en el Gobierno de la CAV. En Enero de 2000, una vez ETA había anunciado que daba por finalizada su tregua, no dudo en romper con EH y eso pese a tener en perspectiva tres anos mas de mandato opto por adelantar las elecciones a 2001 y polarizar al electorado entre unionistas y el PNV, pudo haber peleado por conseguir que ETA volviera a dejar las armas, tenía a su lado a EH, no lo hizo, opto por recurrir al eterno “problema” de la no condena para romper con EH y dejar que la IA pagara en solitario los platos rotos. Se podría decir que al fin y al cabo el PNV no tenia responsabilidad de que ETA quebrara la tregua, y es cierto, pero también es cierto que como entonces dijo Otegi la responsabilidad de romper la tregua era de la propia ETA no de Euskal Herritarrok. En 2001 el propio Ibarretxe batió de un modo espectacular al tándem PP-PSOE, con el apoyo táctico de miles de votos de simpatía abertzale y de izquierdas lo que dio lugar a que Arzallus parafraseara a González con aquello de “mensaje recibido”, huelga decir que, como se demostraría, ni González en 1993 ni Arzallus en 2001 recibieron o quisieron recibir el mensaje del electorado. Pocos imaginábamos aquel día de 2001 que a Batasuna le restaba apenas un año de vida antes de ser ilegalizada. Una vez certificada la ilegalización tocaba tratar de pescar cuantos más votos mejor y así Ibarretxe toca las partituras de la IA y presenta sus sucesivos planes, todos ellos tumbados por los españoles sucesivamente, con el desafío de la IA a que además de tocarlos los baile. Se quedaron en nada, puro artificio. Por cierto que en ese mismo periodo se cuela en el parlamento EHAK y salva, momentáneamente el tipo al PNV. Y así a Ibarretxe le toca de nuevo la lotería, otra tregua de ETA, esta vez cocinada con el PSE, que pilla al PNV con las velas rotas y a la deriva, se rompe y nos enteramos de que el PNV estaba haciendo en todo momento pina con los unionistas. Otra oportunidad perdida, ya no salen más conejos de la chistera en 2009, Ibarretxe está solo, PP y PSOE han conseguido trucar los resultados electorales, Ibarretxe fuera. En diez anos lo tuvo todo y todo lo perdió.
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